Varios días estuvimos dándole vueltas a la raza. Yo seguía con mi idea y mi pareja con la suya, no teníamos argumentos nuevos ninguno de los dos, quizá la única diferencia era que yo me planteaba el Boston Terrier.
Después de una discusión en la que concluí que mejor dejábamos lo del perro para un futuro, llegamos a una especie de acuerdo, en el que más o menos ganábamos los dos. Aunque, yo perdí en mi elección de la raza... pero como me conozco, sé que eso tampoco es muy importante ya que yo querré una barbaridad al perro que tengamos, sea de la raza que sea.
Así pues, solucionamos el principal problema que nos planteaba el tener un perro... ¿o no?
Por cierto, os dejo un vídeo que mi novio ha visto muchísimas veces... Creo que durante estos días de la elección, lo veía cuatro o cinco veces incluso... además, se lo ha enseñado a quién ha podido, y lo ha subido al facebook.
La verdad es que después de verlo, otra vez, me da hasta cierta pena nuestro futuro perrito porque creo que le va a tocar aprender a hacer muchas cosas...
POR FIN...¡NOS DECIDIMOS!
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